Como siempre, me valía sola en mis noches, en mis mañanas e incluso en las tardes de tv.

Mis palabras no entrecruzaban los dedos de ningún hombre, ni decían palabras dulces de amor.

Mi soledad tan solo sorprendida se sonrojaba sin entender ni recordar un poquito, que vivieron detrás de mil escudos estas bonitas emociones.

No estaba enamorada, estaba sorprendida, tanto que no pude explicarle a mi alma que tan solo son momentos bonitos y nada mas.

Sé cuando los caminos se desvían, aunque nos sigamos encontrando como almas perdidas en el tiempo equivocado.

Sé irme si me dejan en los espacios del silencio.

Sé caminar así, simplemente respiro.
Simplemente comprendo el silencio.
Lo que no comprendo cual es el sabor de acercarse a romper mis miedos y luego soltar tan fuerte mi alma para que en lugar de escudos, ahora camine con una armadura de hierro.
Como siempre, me valía sola sin necesitarte.

No vuelvas a acercarte como ave carroñera de mi cuerpo, porque detrás de esta piel vive la herida que dejaron tus besos.

 

Yanina Ulloa Faget